El manisero es una famosa canción popular cubana y que dio a su
creador Moisés Simons reconocimiento a nivel mundial. Ha vendido más de un
millón de partituras para E.B.
Marks Inc. y para 1943 ya había generado
U$100.000 en derechos de autor. Este suceso llevó a Estados Unidos y Europa a un
furor por la rumba que se prolongaría hasta los años
40.
Una de las mas grandes artistas
cubanas, Rita Montaner(Guanabacoa, 20 de agosto de 1900 - La Habana, 17 de abril
de 1958), también conocida como La Única,fue la primera en
interpretar la
canción en 1927 (o 1928) para la Columbia Records. La versión más vendida de El
manisero fue la realizada por Don Aspiazú con su Havana Casino Orchestra en
Nueva York en 1930 para RCA Victor. Aunque no se tiene
una cifra oficial de
ventas de esta grabación de 78 rpm sí se sabe que
superó —por primera vez para una canción de origen latino— un millón de copias
en discos de 78 rpm.
Las letras estaban basadas en los "pregones" de los
vendedores callejeros y el ritmo fue un son, así que, técnicamente era un
son-pregón. No obstante, en la etiqueta de los discos era catalogado como
rumba.
Controversia de autoría
La partitura original consigna que El
manisero es autoría en letra y música de Simons. No obstante, algunos autores
sostienen que fue escrito por Gonzalo G. de Mello en la Habana. Díaz Ayala
dice al efecto: «Por varias razones dudamos esta versión... El manisero fue uno
de esos casos extraños en la musica popular, ya que tuvo inmediatos
beneficios... lógicamente Mello trató de reclamar su autoría de letras, pero
sin éxito».5 Otra persona que dudó sobre la originalidad de la letra de Simons
fue Fernando Ortiz. Para Ortiz, el verdadero creador fue un anónimo vendedor
de maní de la Habana de mitad del siglo XIX que sirvió de base para una danza
escrita por Gottschalk. De lo que no cabe duda es de la presencia de
elementos de carácter popular y folclóricos.
EL MANICERO
Maní, maní,
si te quieres por el pico divertir,
cómprame un cucuruchito de maní.
Maní, maní, maní,
si te quieres por el pico divertir,
cómprame un cucuruchito de maní.
Que calientito y rico está,
ya no se puede pedir más,
hay caserito no me dejes ir,
porque después te puedes arrepentir
y va a ser muy tarde ya.
Manisero se va,
caserito no te acuestes a dormir
sin comprarme un cucurucho de maní.
Cuando la calle sola está,
casero de mi corazón,
el manisero entona su pregón,
y si la niña escucha su cantar,
llama de su balcón.
Dame de tu maní,
Esta noche no voy a poder dormir,
sin comerme un cucurucho de maní.
Me voy, me voy, me voy.