Profesionalmente Julio Jaramillo se inició en Radio Cóndor, donde conoció y estrechó una provechosa amistad con Rosalino Quintero, el más auténtico de los ejecutantes del requinto en América; pero, sería durante sus actuaciones en Radio América, cuando verdaderamente entraría en la historia musical del continente, al intimar con Carlos Rubira Infante, expresión del pasillo ecuatoriano, autor de las bellas canciones de este género, con experiencia en la canción popular ecuatoriana, quien le enseñaría la técnica vocal que, después le haría triunfar como intérprete de los más disímiles géneros de América, entre los que destacan ritmos tan variados como boleros, tangos, milongas, vals, pasillos, pasajes, rancheras y melodías provenientes del género clásico. A Julio se le conocía también como "la voz de oro de Guayaquil".
A continación, escucharemos con el Ruiseñor de América, el pasillo costeño "Y yo no he de volver".
Y YO NO HE DE VOLVER
Así será mujer, tú lo has querido,
en vano te disculpas, ya está hecho,
resígnate nomás, que ya el olvido,
comienza a acariciarte aquí en el pecho,
resígnate nomás, tú lo has querido.
Talvez mañana cuando muera el día,
y espérandome estés con gran ternura,
la brisa entonará su sinfonía,
y yo no he de volver, talvez perjura,
sino es mañana, volveré otro día.
No existes para mí, no desesperes,
pues tú con tu falsía fuiste perjura,
que te perdone yo, jamás,
mujeres como tú, imposible, no desesperes,
se las perdona si, en la sepultura.
Así será mejor, tú lo has querido,
no me esperes mujer, todo está hecho,
consuélate nomás, que ya el olvido,
te mató con caricias aquí en el pecho,
consuélate nomás, tú lo has querido.
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