viernes, 3 de febrero de 2012

Emilio el Moro - Tú eres Raquel (1966)


Aficionado desde niño al flamenco, Emilio "El Moro" a la edad de 15 años pasó en su tierra natal un concurso de cante para aficionados, en Radio Melilla, por fandangos, soleá, tientos, polo, caña, etc., toda la gama de flamenco no tenía secretos para Emilio. El mismo concurso lo ganaría en los años siguientes hasta en siete ediciones, empezando a ser famoso en el Norte de Marruecos, entonces protectorado español. Pero a pesar de estos éxitos no lograba abrirse paso y afianzarse en los ambientes flamencos de la península y sin llegar nunca a convertirse en cantaor profesional y ganándose la vida como pintor de brocha gorda, lo que hoy llamaríamos pintor-decorador.

Su formación artística era enorme, tocaba la guitarra en todas las posiciones, hasta en la espalda, con una sola mano, bailaba y toreaba con ella, cantaba incluso al mismo tiempo que fumaba. Uno de sus sketch que le hizo famoso fue el “solo de guitarra”, pues tras anunciar al público que iban a contemplar un solo de guitarra, dejaba ésta empinada en medio del escenario y se ausentaba del mismo, hasta que el público se daba cuenta de la broma y rompía en carcajadas. También solía presentar en sus espectáculos el toque de guitarra por fandangos, con una sola mano, sirviéndole la mano derecha únicamente para sostener la guitarra por su base.

El secreto de su triunfo estaba en que Emilio cantaba prodigiosamente bien, lo hacía con mucho primor y gracia, esa gracia natural y desbordante que aplicaba a todas sus actuaciones. Con su repertorio de cantes flamencos burlescos y de parodias de las coplas más populares, Emilio “El Moro” pronto disfrutaría de un gran éxito en toda España, participando a partir de 1952 (año que también grabó sus primeros discos) en numerosos espectáculos junto a otras grandes estrellas del momento.

Parodia del éxito de Raphael "Yo soy Aquel".

TU ERES RAQUEL

Tú eres Raquel,
que de noche me persigue,
tú eres Raquel,
que te emborrachas y ya no vives.

La que me espera, la que me acecha,
la que quisiera darme en la frente
con un tacón, con un tacón.

Tú eres Raquel,
la pesá que no me olvida,
mira Raquel,
que te mando pá la China.

Siempre me esperas, siempre me sueñas
y te ven de noche con doscientos ventidós.

Ya estás aquí, aquí, para pedirme.
Ya estás aquí, aquí, para robarme.
Ya estás aquí, aquí, para decirme
que tengo cara de camaleón.

Mira Raquel,
no me agotes la paciencia,
mira Raquel,
que con tus piernas hago una trenza.

Y ya no me esperes y nunca olvides
que me llamaste aquella noche camaleón.

Ya estás aquí otra vez para mirarme.
Ya estás aquí otra vez para insultarme.
Ya estás aquí, aquí, para decirme
dragooón, tostooón, bufooón, melooón.

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